sábado, 19 de diciembre de 2015

Harakiri

Vi que llegaba el final
cuando rompí todos mis principios.

¿En cuánto tuve que ver
para acabar desaparecido?
Olvidar suele doler.
No lo logro recordar.
Me lo impide este puñal
que se clava en mi pecho hoy vencido.

Aún así, esto no lo busqué.
Nunca quise ningún mal
pero a veces, al caminar
uno se siente perdido.

Y parece que tropecé...

Hoy ya no sirve llorar.
Las heridas se curan muy mal
con lágrimas. Es tiempo perdido.
Y mi tiempo no logro encontrar...

Tal vez toque abandonar.
Es mejor retirarse y no morir vencido,
pero mi guerra debe acabar
aunque me busque en otros destinos.
Ahora toca descansar.
De ser fuerte ya me he rendido...

De todos modos, quiero jurar mis dos palabras más sinceras:

Lo intenté...


Flautista.

viernes, 18 de diciembre de 2015

Supernova

A veces hay estrellas que se hacen demasiado grandes.

Basta con mirar al cielo una noche para sentir su luz, para ver cómo se iluminan y te guían en los momentos más oscuros.

Lo mejor de las estrellas es que todos tenemos alguna.

Puede que las encontremos en la noche más inesperada. En el momento en el que nadie lo imagina aparecen y vienen para quedarse, para que no te sientas solo, para mostrarte el camino si te pierdes y para darte esperanza cuando todo está perdido.

Pero las estrellas no están siempre. Las estrellas también cambian.

Las enanas blancas se convierten en gigantes rojas y los soles, eclipsados, envejecen hasta morir en supernovas.

Este es el momento más duro, cuando tu firmamento desaparece, cuando te quedas a oscuras y no encuentras luces que te amparen. Todo se ve entonces como un agujero negro, como una trampa mortal que destruye todas nuestras realidades.

Sin embargo, estos momentos son para tener paciencia, para reflexionar y reflexionarse. Así, el pesimismo desaparece, el alma se reagrupa y, casi sin darte cuenta encontrarás nuevas estrellas que marquen tu camino.

Porque no podemos olvidar que el más hermoso universo nació de la más horrible supernova.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Bansuri

A ti, que llegaste de las Indias para que descubra las Américas,
que me guías con mano firme aunque no tengas mano dura.
A ti, que conoces mis caras más ocultas y oscuras
y permaneces a mi lado impasible e impertérrita.

A ti, que apareces de la nada cuando todo está perdido,
que eres capaz de escucharme sin que articule palabra.
A ti, que descubres en mí lo que yo mismo ignoraba
y me muestras el camino cuando yo ya me he rendido.

Tú, viento del norte que cuando llegas me refrescas;
yo, conejo asustado que en esta vida se ha escondido,
nunca te demuestro lo que de ti he aprendido
y como un soplo de aire fresco mantienes mis pies en la tierra.

Por eso, entre versos, hoy tengo que escribirte
para mostrar capas de mí que no le enseño a cualquiera,
para decirte que me importas más de lo que mi cara muestra
y para agradecer un poco todo lo que por mí hiciste.

Por eso, entre versos, hoy intento demostrarte
que vas a encontrar en mí todas las puertas abiertas,
que has sabido bucearme hasta donde nadie llega
y contigo mi iceberg ahora quiere derretirse.

A ti, y sólo a ti te digo:
Gracias por hacerme ser mejor persona.


Flautista.

martes, 17 de noviembre de 2015

Kryptonita

Por ti quise salvar el mundo
y no me pude salvar de tus ojos.

Hubiera sido lo que tú quisieras.
Por ti habría movido montañas
pero subiste en el tren equivocado
y me quedé solo en un bosque
de sentimientos a medias.

Y ahora creo que es tarde.

Siempre leí señales de forma equivocada
y no sé si te importo de alguna extraña manera.
No puedo alcanzarte. Si me muevo rompo la cuerda
y no estoy preparado para caer con tu rechazo en mis entrañas.

Tal vez tengamos sentimientos inconexos,
tal vez nos valoremos como seres de otro planeta.
Yo amándote desde Venus, tú riéndote en la Tierra
y la gravedad atándonos a mundos distintos
donde tenemos vidas que no nos conectan.

De repente, cuando menos lo espero
me cazas de noche como a una frágil presa.
Apareces como un ángel para regalarme el cielo
y me condena tu mirada como un canto de sirena.

Tú, kryptonita y fuente de mis poderes,
que decides libremente si me hundes o me elevas
mientras lucho por volar sin capa
y disimulo en un pasillo
donde no hay aire si te acercas.

Por ti quise salvar el mundo
y tus ojos fueron mi condena.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Portal

Hubiera ido hasta el fin del mundo contigo
y no llegamos a salir del portal.
Por mí no fue: tú me hacías sentir vivo
pero, inconscientemente, no lo supiste aceptar.

Hubiéramos bebido los vinos del tiempo,
el viento del norte nos quiso abrazar
pero acabamos viviendo a destiempo
y nuestro concierto nunca pudo comenzar.

Te hubiera compuesto cien mil sinfonías,
rapsodias, poemas, nocturnos quizás,
mas tú solo un réquiem dejaste en mi oído
y entre cadencias rotas me acostumbré a respirar.

Hubiéramos escrito mil y una historias,
romances, comedias o un drama teatral,
pero tú una elegía llevaste a mis ojos
y una tragedia maldita me hiciste aguantar.

Hubiera ido hasta el fin del mundo contigo
y ahora, sin ti, se me hace grande el portal.


Flautista.

miércoles, 28 de octubre de 2015

Nada que ofrecer

Como una vela gastada en invierno,
como un río de agua escarchada
permanezco vacío, inerte, sin sueños,
y siento que no puedo ofrecerte nada.

Como un niño sin noche de Reyes,
como una canción que ya has escuchado,
nada te aporto, no te sorprendo
pero juro que siempre lo estuve intentando.

Me volqué en ofrecerte lo que no te interesa,
moví cielo y tierra por tenerte conmigo
mas no puedo alcanzar mi deseo escondido
y estrellado en el suelo pongo los pies en la tierra.

Yo, invisible a tus ojos; tú, inalcanzable a los míos,
como oasis en este desierto de cemento.
No sé acercarme o mostrarte qué siento
y ahora estoy muerto por quien quiero estar vivo.

La gente pregunta y juzga sin comprender.
Yo permanezco callado, cobarde, oculto y quieto,
disimulando mientras sufro por algo que lamento:
por no poder alcanzarte, no tener nada que ofrecer.

martes, 27 de octubre de 2015

Buenos días

Voces que rompen vacíos,
miradas que agrietan el cielo,
colores que brillan sombríos,
deseos devorados por miedos.

Pensamientos inadvertidos,
emociones sepultadas,
roces que hicieron cariño,
lágrimas que ahogan mi cama.

Sentimientos irreversibles,
vidas que hoy tienen sentido
cuentan horas para verte,
lloran si ven que te has ido.

Imagina esto en mi mente
como tormentas malditas.
Tú nunca serás consciente
de qué oculto en un buenos días.

lunes, 26 de octubre de 2015

La mirada más bonita del mundo

Podría decir que es tu culpa,
que por ti todo ha cambiado,
que se rompieron las paredes,
que los colores han volado.

Podría decir que es tu culpa,
que vivo vacío si no estás cerca,
que me alegra tu foto si estás lejos
y lo mejor de mi día es tu presencia.

Podría decir que es tu culpa,
que ahora nada es lo mismo,
que por ti sigo luchando
en este mundo de espejismos.

Podría decir que es tu culpa,
que te sueño despierto y te imagino dormido,
que no existen luces que me iluminen
más que tenerte un minuto conmigo.

Podría decir que es tu culpa,
que sin ti estoy solo en el mundo,
pero gracias a ti me pierdo
en la mirada más bonita del mundo.

sábado, 19 de septiembre de 2015

Caminar

Al caminar me doy cuenta
de mi soledad ficticia,
de la teatralidad de mis pasos,
de la multitud marchita
en la que escondo mis ilusiones,
en la que mi alma grita
buscando nuevos rincones
donde encontrarse perdida,
donde no dar explicaciones
sobre el crimen no cometido
al caminar en la cuerda floja
de amores no correspondidos.

Al caminar me doy cuenta
de que la Tierra no es plana.
Mi vida tampoco, y caigo
en la triste espiral mundana
de quien espera lo que no consigue,
de quien sueña lo que no hay logrado
y no hay castigo más triste
que sentir vivir equivocado
esperando a un destino humilde
por sentirse rechazado
ante un cielo, ante unos labios
que el paraíso le han negado
a quien fuera del Edén
en el infierno está condenado.

Aún así, es mejor caminar,
solo, perdido en un mundo negro,
pues tras mucho deambular
puedes despertar del sueño,
de la pesadilla de no lograr
lo que todos merecemos:
alguien para celebrar triunfos,
para que los fracasos duelan menos,
para poder volar sin alas
y al fin sentirnos completos
en un mundo de mil piezas
donde el puzzle parece hecho.

Por eso ahora quiero esperar,
ver a dónde me llevan mis pasos,
pues solamente al caminar
logramos seguir avanzando.
El origen de todo está en ti,
también el destino que sigo esperando,
pero ahora debo encontrar
el trayecto que sigo buscando
para poderte alcanzar,
para sentir que lo he logrado
cuando de noche te pueda soñar
y de día te tenga a mi lado.

Siempre serás un motivo para querer dar el siguiente paso.


Flautista.

martes, 15 de septiembre de 2015

A ti

A ti, que me pides versos que no sabes que te dedico, 
que me recoges del suelo solo con estar cerca,
que en las noches de invierno te busco en la tormenta
y en la primavera despierto soñando que estás conmigo. 

A ti, que me elevas del suelo con los pies en la tierra
y en la teta esbelta del tiempo siempre me das cobijo.
A ti que me haces grande cada vez que te miro
y me pierdo en tus ojos para encontrar mi alma muerta. 

Solo a ti te dedico estas estrofas,
versos que ocultan el amor de un poeta,
el vals del secreto a voces, de un café muerto a medias,
del lienzo de tu espalda donde me traga la tierra. 

A ti, que me haces fuerte sin llegar a saberlo,
que me regalas notas de un piano perdido,
que como viento del norte me haces sentir vivo
y me permites llenar de colores este cielo cautivo.

A ti, que me destruyes cuando te marchas
para reconstruirme cada vez que te veo,
que me regeneras de cenizas, me haces volar del fuego
y cada vez que te pierdo vuelvo a morir en escarcha. 

Solo a ti te dedico estas estrofas,
versos que, entre líneas, son amores no natos,
marcha fúnebre de quien te quiere sin lograr confesarlo
y rapsodia de un mundo que por ti sigue girando. 

A ti, y solo a ti: 
Gracias. 
Siempre serás un motivo para describirte en poesías. 


Flautista.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Desentrañable

Cuando el hombre gato llegó me preguntó qué es lo que más deseaba en ese momento. 

- Deseo ser desentrañable. - Le respondí. - Desentrañable, sin duda. 
- Curiosa respuesta, miau. - Contestó el felino. - ¿Por qué?
- No lo sé.
- Lo volveré a preguntar, miau : ¿Por qué?
- Porque estoy cansado de mis malas decisiones, de fingir que no me importan las cosas que me duelen. Estoy cansado de los lunes sin cafés que me animen, y de los viernes que nacen y mueren sin el deseo de ser compartidos. Estoy cansado de no comprender el destino, de las opiniones que nos callamos. Estoy cansado de sentir que echar de menos es un crimen, de escudarme bajo un orgullo lleno de pinchos. Estoy cansado de no mostrarme, de estar esquivo en los pasillos, de avergonzarme de sentir y de ser castigado por lo que siento. Estoy cansado de ocultar lamentos, de vivir en una coraza, de fingir que nada importa y estar muriéndome por dentro. 
- Entonces te vuelvo a preguntar, miau: ¿Por qué?
- Quiero ser desentrañable para que me arranques mis miedos de las entrañas.


Siempre habrá un motivo por el que ser desentrañable. 


Flautista.

sábado, 1 de agosto de 2015

Indirecta

¿No entiendes qué significa
que busque excusas para que estés cerca?

A veces me siento invisible.
No puedo decir lo que quiero gritarte,
no me logro hacer ver, siempre intento mirarte
y todos mis esfuerzos parecen algo inservible.

A veces me siento invisible.
Si no te tengo soy una marioneta,
estúpido e incapaz de que te des cuenta
de que solo contigo me siento invencible.

A veces me siento invisible.
Soy un cobarde que dice con indirectas
lo que siente por ti, lo que hoy le atormenta
y destruye en pedazos su alma intangible.

Pero llegará un día en el que tenga agallas...

Un día en el que no me fallen las fuerzas,
en el que pueda abrir lo que escondo muy dentro,
un día que ponga fin al tormento
de esperarte con triste e infinita paciencia.

Un día en el que acabe la guerra
que libro dentro de mi cuerpo,
un día que muestre qué siento,
un día en el que rompa barreras.

Un día en el que llore mi alma,
en el que no me sienta un fantoche
en el que sueñe contigo una noche
y despierte contigo en mi cama.

Pero siento que algo me separa.

Un muro de hielo crece entre nosotros,
haciendo que mi alma marchita
sin ti llore triste, suspire perdida
al verte morir en los besos de otros.

Y yo, que te busco en mis versos
me estoy cuenta de que nunca has venido.
No sé ni quien soy, ni lo que para ti significo,
pero sé que sin ti estoy viviendo roto.

Aún así, te sigo echando de menos.
Sigo extrañando lo que nunca he tenido,
sigo soñando con lo que pudo haber sido,
y sigo muriendo asfixiado entre sueños.


«Siempre serás un motivo para entregarme a la poesía.»



Flautista


domingo, 19 de julio de 2015

Inconsciente

No existe verano capaz de darme calor cuando estás lejos.

En mi estúpida manía de soñar con imposibles vuelves a invadir mi cabeza, a recordarme el invierno del vacío de no tenerte, a desafinar mi mundo, emborrachar mis sentidos al soñarte y hacer que te llore cuando despierto y no estás cerca.

No puedo con esta pesadilla.

No entiendo por qué quererte me destruye, por qué sentir algo que parece un regalo de los dioses me hace arder en los infiernos. No entiendo por qué no hay fin para este tormento, ni por qué me encanta imaginar que un día te darás cuenta.

Pero el silencio se ríe de mi cobardía.

El universo se burla de mí cuando no miras, cuando no ves que por ti sigo respirando, que por ti no me importa cruzar lava descalzo, que estallo en primaveras cuando pienso en que estés cerca y el mundo se hace más bonito si pienso en que algún día puedo compartirlo contigo, en que la ausencia será algo temporal, un puente que me haga fuerte para buscarte, que rompa el cielo de nuestro reencuentro con fuegos artificiales para que tengan sentido las ideas y los acordes que mueren en mi cabeza si me conformo con soñarte.

Dicen que de ilusión también se vive, pero es una vida vacía.

Es una vida en la que me intento consolar al mirar tus fotos, una vida en la que mi único objetivo es recordar tu voz, que vengas algún día y hagas sinfonías con mi cuerpo, que toques el piano de los que amaron desde dentro, haciendo que hierva su sangre ante la idea de amores no correspondidos, y rompiendo su alma en mil pedazos intentando hacer que alguno acabe contigo.

Pero jamás serás consciente.

Jamás te darás cuenta que es de ti de quien hablo. Jamás leerás mis versos, jamás notarás mis besos, y ellos morirán ahogados por mi llanto, por la angustia de no tenerte, por soñar que contigo en vez de andar irán volando.


Siempre serás un motivo para soñarte de forma inconsciente.


Flautista.

sábado, 4 de julio de 2015

Secretos

Nunca sabrás que me haces falta,
que sin ti se enfría el verano,
que se rompen mi voz y el llanto
suicidándose en mi garganta.

Nunca sabrás en qué te he convertido,
todos los esquemas que en mi mundo has roto.
No sabrás lo que pienso cuando estoy solo
ni como a mi vida cambiaste el sentido.

Nunca podrás ver qué eres en mi cabeza,
todo lo que por ti cambiaría en mi vida,
todo lo que oculto con mi mirada perdida,
lo que mis labios callan mordiéndose con impaciencia.

Sin embargo, no puedo sacarte de mi mente.
Quisiera darte el cielo aunque me tiemblen las piernas,
ser con quien cada noche compartas una cena,
y es en mi silencio donde hallo mi propia muerte.


Siempre serás importante, aunque nunca me broten palabras para decírtelo.

Flautista.

lunes, 1 de junio de 2015

Kilométricos centímetros

Kilométricos centímetros
vuelven mi pulso frenético,
hacen latir a un corazón raquítico.
Si no estás muere esquelético.

Kilométricos centímetros
me ahogan en mi silencio titánico.
Tu ignorancia me lleva al patíbulo
donde mis besos mueren mecánicos.

Kilométricos centímetros
y yo muero por recorrerlos.
Tú no lo ves y en mí, histérico
arde mi amor gris e inorgánico.

Kilométricos centímetros
vacían mi mundo tántrico.
Quiero saltar mi abismo homérico
y hacer tu mundo más mágico.

Kilométricos centímetros
y yo cobarde sin remedio.

«Siempre serás un motivo para odiar cualquier distancia.»

Flautista

No lo entiendo.

No lo entiendo.
No sé por qué perdimos la chispa 
y de repente salimos ardiendo.

No lo entiendo.
No sé quién envasó al vacío
los buenos ratos que han muerto.

No lo entiendo,
¿por qué cuando más te necesito
es cuándo más te pierdo?

No lo entiendo.
Creí que éramos especiales
y estás destruyendo este cuento.

No lo entiendo,
pero me acabo sintiendo culpable
de delitos que no sé si cometo.

No lo entiendo.
Tú, como si nada importase
y yo aquí, echándote de menos.


Siempre serás un motivo para querer comprender mejor el mundo.

Flautista.

martes, 26 de mayo de 2015

Dos palabras.

Para cambiar mi mundo bastarían dos palabras.
Todos las conocemos, no hace falta que se mencionen.
Sin embargo, puede que ahí esté el problema,
en el miedo que tenemos a sólo dos palabras.

Son dos palabras que suben las mareas,
que aceleran el pulso y la respiración entrecortan,
dos palabras que saben a cal y arena,
duele si no te las dedican y también si no las nombras.

Son dos palabras que pueden mover el mundo,
que te cambian al oírlas y cambian a quien las entona,
dos palabras sin las que voy pegando tumbos,
buscando excusas tontas para arrancarlas de tu boca.

Son dos palabras que me hacen volar del suelo,
que arranque el cielo con los dedos si no puedo arrancar tu ropa,
dos palabras que decirlas me da miedo,
que si no me las devuelves dejarás mi almas rota.

Son dos palabras que te hacen brillar por dentro,
por ellas nacen cuadros, sinfonías, verso y prosa,
dos palabras sin las que yo vivo muerto,
dos pájaros sin alas que quieren volar de mi boca.

Son dos palabras sin las que vivo en un domingo,
sin el vino de los sueños, un piano de cuerdas rotas,
son dos palabras cuyo silencio es un castigo,
y vivir sin ellas siempre será mi mayor derrota.


«Siempre serás un motivo para querer darte dos palabras,
aunque también seas el motivo por el que me quedo en silencio.»


Flautista.

domingo, 17 de mayo de 2015

Versos rotos

Rompo versos por no romper cadenas,
por seguir en silencio cuando nadie mira,
por querer buscarte en cualquier melodía
y no saber dibujar lo que en mi alma generas.

Rompo versos por no romperme el alma,
por querer beber del vino que encontré en tus ojos,
porque al irme a dormir siento que me faltas
porque duele despertar y volver a verme solo.

Rompo versos por no romper el hielo,
por no perder los estribos y perderme en tu boca,
por imaginarme contigo tocando el cielo
y encontrarme sin aire cada vez que me rozas.

Rompo versos porque vivo sin respirarte
y eso no es vida, no pasa de existencia,
no puedo estar vivo si eres origen de mi arte,
no puedo estar vivo si no logras darte cuenta.

Rompo versos por mi imaginación traicionera,
por soñar de noche contigo y perderte si despierto,
por vivir para ti, aunque sin ti esté muerto
y escudarme en la amistad que cerca de mí te conserva.

Rompo versos porque no quedan palabras,
ningún lenguaje describe lo que ahora estoy sintiendo,
junto a estas emociones todo son palabras vanas
y no las puedo decir si por ti pierdo el aliento.



«Siempre serás un motivo para romperme más por dentro.»


Flautista

martes, 5 de mayo de 2015

Sin fuerzas

No he venido a dedicarte otro poema,
de nada sirve destriparme el corazón.
Yo solo quiero vaciar la luna llena,
ahogar con luces a esta noche.
No estás en mi habitación.

Represento al invisible enamorado,
ser amigos siempre fue mi maldición.
Mandar señales siempre fue mi odisea,
más bengalas no me quedan,
ni cena o cine para dos.
Busco un deshielo sin ti
y eres el sol.

Y no te logro mostrar
que en mis manos eres perfume,
el viento donde nadie respira.
Imagina que te sueño hoy a escondidas.

Y no logras aceptar
que por ti sigo latiendo,
sonriendo cuando nadie me mira.
Imagina que te beso y no te giras,
imagíname intentando imaginar
que ya no duermo solo.

Si me dieras un minuto cada día
todo se podría cambiar,
dámelo y acaba con esta agonía.
Muero en versos, me derrito en melodías,
y es por no saber hablar
de deseos en trenes que ya no caminan...

No hay espejo para quien hoy ya no mira,
más no puedo demostrar
que camino para verte cada día.
Sin embargo, creo que nada te imaginas
aunque tú me veas volar
indestructible cuando siento que me miras.

Y nuevamente me despido de la vida,
me resigno a comprobar
que de tus pasos vuelvo a no ser el guía.
Hoy no hay vinos que me traigan alegría,
sólo me hacen recordar
que por ti dejé mi alma más vacía


y no me supiste encontrar.

No he venido a dedicarte otro poema.
Me estoy rindiendo, y sin fuerzas ya me voy...






Flautista.

domingo, 3 de mayo de 2015

No puedes.

No puedes no darte cuenta,
no me lo creo,
correr por ti en la tormenta
y verme seco.
No valoras al que intenta
cada momento
poder encontrarte cerca,
y te vas lejos.

No puedes no darte cuenta
de mis excusas,
de que cambio cada idea
si eres mi musa,
de que el sol ya no me quema
si es cosa tuya
que me regales media noche
sin que lo intuyas.

No puedes no darte cuenta
de lo que intento
Hasta los ciegos han visto
mi gran esfuerzo,
todo es hoy pan, cena y circo,
todo es un cuento
y no logras darte cuenta:
eres su centro.

No puedes no darte cuenta,
cuesta creerlo.
Prefiero tener respuesta,
que duele menos
un disparo en la cabeza
que cien intentos
de sacarte de mi mente
cada momento
sabiendo que a mí me ignoras,
que no estoy dentro
del alma que siempre admiro
con gran recelo
sin que puedas darte cuenta
de mi secreto.

No puedes no darte cuenta,
no me lo creo,
pero aún así no me rindo,
yo aquí te espero,
por si cambias de respuesta,
no desespero.
Por ti yo tendré paciencia.
Por ti yo ya vivo muerto.



«Siempre serás un motivo para seguir esperando, pues no puedes no darte cuenta de que eres el motor de mi mundo.»

Flautista

viernes, 24 de abril de 2015

Diálogo.

« - ¿En serio? - Preguntó Otoño.

- Sí. - Contestó el joven. - Sí, pero reconozco que yo tampoco lo hubiera creído si alguien me lo contase. De repente me di cuenta de que ya no había marcha atrás, de que estaba atrapado y no quería que me soltasen. Nunca comprenderé cómo alguien que llegó de la nada me hizo sentirme incompleto si no estaba cerca, cómo me hizo ver que anhelaba en este mundo lo que nunca había encontrado. Nunca comprenderé por qué me hizo querer disfrutar del vino, buscar excusas para cenar bajo las estrellas, para hacer música al mirarnos, para dormir poco y despertar más alegres, para que los males desaparezcan sin necesidad de compartirlos, para que el mundo deje de girar y nos mire muerto de envidia...

- Pero... - Intervino Otoño al ver que la respiración del joven se cortaba.

- Pero en su mundo no estaba yo. - Dijo el joven agachando la cabeza. - Cuando quise darme cuenta yo solo estaba al otro lado del espejo, sin poder acceder a la realidad que se mostraba ante mis ojos. Yo sólo era la sombra, el reflejo de lo que a mí me deslumbraba. Por eso estaba incompleto, porque el vino realmente era agua, porque no quedaba cena para que yo la disfrutase, porque de vuelta solo obtuve miradas sordas, porque cada vez tuve más sueños y cada vez cumplía menos, porque tuve más necesidad de hablar y menos valor para decir las cosas, porque el mundo giraba sin mí y este frío me hacía quedarme parado.

Y así, cuando Otoño vio que Invierno vivía en el corazón del joven, soñó con que algún día este encontrase la Primavera. »

Flautista.

lunes, 6 de abril de 2015

Sin habla.

Me van a faltar las palabras
cuando nos veamos y me cortes el aliento,
cuando me hagas querer respirar de ti
y volver a perderme en tu espalda.

Me van a faltar las palabras
para decir que mi alma estalla en mil pedazos,
que aparento ser piedra y marfil, y por dentro estoy destrozado
por volver a la cama de noche y ver que de nuevo me faltas.

Me van a faltar las palabras
cuando intente acercarme a tus ojos
y no perderme en su brillo
si celoso te veo mirar a otros.

Me van a faltar las palabras
para decirte que por ti sigo vivo,
que eres música, rapsodia en mi cabeza,
el poema más bello con los versos no escritos.

Me van a faltar las palabras,
y cada vez que te pienso también falta el vino.
Sigo pensando en cómo tenerte cerca,
pues cada vez que te alejas siento que no estoy vivo.


Siempre serás un motivo para volver a quedarme sin habla.



Flautista.

sábado, 28 de marzo de 2015

Anonimato.

Si ahora mismo tuviera que escribirte una carta no tendría muy claro qué contarte. De hecho, tampoco sabría muy bien quién eres.

Sin embargo, sé que una parte de mí te busca constantemente, sin darme cuenta, sin dejarme admitir que eres lo que más ansío, que eres ese regalo perdido, que por ti cobran sentido las palabras que no digo, los acordes desconocidos y los personajes que me empeño en crear para fingir que soy feliz cada mañana en camas que no comparto contigo. 

No hay tiempo ni espacio que me haga conformarme.

La distancia siempre será mi enemiga, igual que el tiempo que pase sin verte. Casi sin darme cuenta me veo como una marioneta de mí mismo, como un animal asustado que huye de su parte más emocional, que se da cuenta de que no puede controlar todo lo que siente y que, de repente, se ve enjaulado en sí mismo. Y mi tiempo se agota. Me consumo como una vela ante la noche silenciosa, como un árbol que cada otoño pierde sus hojas, víctima de un equinoccio afectivo, en el que todos somos parte de un baile de máscaras en el que a veces nos toca bailar solos. 

Pero esto a nadie le importa. 

El mundo sigue girando. Las estaciones se suceden una detrás de otra, y no hay nada ni nadie capaz de detenernos. Sin embargo no me creo que estemos condenados a una existencia vacía, a vivir por obligación, a olvidar que le mundo ofrece sus mieles a los que realmente las necesitan, a pasar hambre de afecto, a sonreír por la felicidad de otros y a enterrar la nuestra en un cajón, bajo la arena de protocolos sociales en los que debemos aguantar solos la tormenta para no mojar al resto. 

No me lo creo. 

Me niego a creer que estoy aquí para esto, especialmente sabiendo que puedes llegar, aparecer para rescatarme de mí mismo, para demostrarme que puede comenzar nuestra historia siempre que queramos, que los vínculos nacen, crecen y florecen cuando queremos, con quien queremos y para durar mientras estemos dispuestos a cuidarlos. Me niego a creer que he de morir en primavera, que sea alérgico al mundo que compartiríamos si me dejas, que solo podamos viajar cuando nadie nos mire, porque ni nosotros mismos nos hemos dado cuenta de que queremos compartir destino.

Sin embargo, la maleta lleva tiempo hecha. Como nómadas vagabundos viajamos ante un mundo desconocido para nosotros, un mundo en el que todo conspira para que nos encontremos, para que sigamos señales que nos lancen al vacío y así podamos llenar el espacio que nos merecemos, un espacio compartido en el que todo, mágicamente, encaja, pues no hay mayor magia que la de criaturas que se complementan, espíritus que se vuelven uno, que se alimentan de noche cuando todos duermen, cuando soñar es aburrido, porque contigo podría tener la mejor de las realidades. 

Sin embargo, yo no puedo caminar si tú no guías mis pasos, si no me llamas para salir corriendo, si no demuestras que mis saltos caerán sujetos en las redes de tu cuerpo, si no me dejas perderme entre tus dedos, tendiéndome una mano que me tranquilice cuando más lo necesito. 

De momento, yo seguiré respirando contigo, buscando una forma de convertirte en el fin de mi viaje y en el comienzo de la mejor experiencia de mi vida. 

Sí, todo esto es para ti, aunque aún no lo tengamos claro, aunque no sepamos quiénes somos, o lo tengamos tan claro que nos de miedo admitirlo.


Siempre serás un motivo para escribirte en el anonimato y buscarte cuando nadie me encuentre.


Flautista.

viernes, 27 de marzo de 2015

Señales

Aunque lo creas,
no tienes caminos prohibidos.
Yo solo quiero
que avances en la dirección
de ser feliz,
de que intentes serlo conmigo.
Ponte si quieres en camino,
porque contigo quiero ir yo.

No habrá señales
que te impidan el acceso,
haré el camino
para que puedas avanzar.
Decide el viaje,
yo te iré aclarando el cielo,
por ti secaré la lluvia
si te intenta molestar.

En la rotonda
de mil dudas yo me muevo.
No sé qué pasa,
no me logro controlar.
Solo doy vueltas,
no consigo lo que quiero.
Sin embargo, me falta tiempo
para buscarte una vez más.

Conduzco poco,
ni de mí yo soy el dueño.
Es gris mi mundo
y te lo intento regalar.
Coge mi coche,
búscame cuando cenemos
pues si se oscurece el cielo
con tu luz me sobrará.

No necesito
viajar con más etiquetas,
ni equipaje de mano,
ni molestias al azar.
Yo solo quiero
que seas motor de mi tiempo,
que me busques cada día
y estés aquí una vez más.

Así mi viaje
tú lo harías más ameno.
Mejor paisaje
no me puedes regalar.
El sol no importa
si conmigo viaja el cielo,
si cada vez que no te veo
contigo vuelvo a soñar.


«La vida es un viaje muy largo, pero no tenemos por qué viajar solos si nos fijamos un poco en las señales.»

Flautista.



miércoles, 25 de marzo de 2015

Ignorante

No hay rincones que ocultarte,
tú me haces tocar el cielo.
Sin embargo, no me atrevo
a rozarte con los dedos.
Centímetros de hielo nos separan,
con luces en movimiento
no puedo dejar ocultos
los tesoros de tu cuerpo.

No puedes entender lo que me pasa.

No quiero, pero miento
al decir que nunca escondo
sentimientos verdaderos.
Me disfrazo de mecenas,
saco excusas de la nada
y solo quiero que veamos
el cielo desde la cama.
Sin embargo, no me atrevo
a mostrarte lo que escondo:
no quiero que escapes lejos,
sin ti siento tocar fondo.

Y tú, que nada sabes, me despejas
de un mundo contaminado
donde no quiero el vacío
de no pasar tiempo a tu lado,
de noches sin jardín y sin tormentas,
de temores contagiados.
Se agota el tiempo de estar cerca
y yo lo estoy desperdiciando,
mas no quiero relojes que te alejan
ni trenes en los que, perdido
recuerdo cuánto me atormenta
no conseguir que estés conmigo.

Y tú, que todo ignoras, no imaginas
lo más triste de este cuento:
ver que estás cerca, conmigo
y estar echándote de menos.


«Siempre serás un motivo para querer regalarte el mundo.»


Flautista.

lunes, 23 de marzo de 2015

Vuelo nocturno

Ojalá volar nocturno, 
escapar por la ventana
y poder ir destruyendo
poco a poco a la distancia. 

Ojalá volar nocturno, 
y encontrar en primavera
acordes entre tus dedos
que en mi cuerpo aún resuenan. 

Ojalá volar nocturno
hacia donde nadie mire, 
donde nadie nos comprenda
y nadie nos examine.

Ojalá volar nocturno
hasta lograr escaparnos,
pues no quiero más cadenas
que las que ofrecen tus brazos.

Ojalá volar nocturno
y decir cada mañana
que el mundo no está perdido
si miro al sol desde tu cama,
que no hay miedos si estás cerca,
que no hay dudas si me abrazas,
que siempre que tú te alejas
noto que el aire me falta.

Ojalá volar nocturno,
no quiero sol que me ilumine,
somos luz si estamos juntos,
te busco y rompo los eclipses. 

Ojalá volar nocturno
y encontrarme en el espejo
compartiendo ese futuro
donde nos hacemos viejos. 

Ojalá volar nocturno
y volver con las agallas
para decir lo que siento
sin temor a las miradas.

Ojalá volar nocturno
siendo tú quien me sujeta,
sintiendo que nada oculto
y que nada me amedrenta,
no habría tiempo ni barreras
capaces de tenerme oculto.
Podría volver a sentirme fuerte,
a disfrutar de nuestro mundo.


Abróchense los cinturones. El vuelo va a comenzar. 


Flautista.

lunes, 16 de marzo de 2015

Corre, conejo asustado

Corre, conejo asustado,
escapa hacia tu madriguera
viendo que todos encuentran
lo que tú nunca habías buscado.

Corre, conejo asustado,
las cosas no son lo que eran
y al fin lograste darte cuenta
de que ahora ya todo ha cambiado.

Ahora que es primavera
toda tu manada ha encontrado
lo que tú todavía no encuentras.

La pista estás investigando,
ten sólo algo más de paciencia,
sé fuerte, y sigue buscando.



«Flautista.»

sábado, 14 de febrero de 2015

¿Felicidad?

Haz que sea feliz,
ofrécele lo que yo no puedo,
que en ti siempre va a buscar
lo que en mi yo nunca encuentro.

Haz que sea feliz,
haz que olvide el sufrimiento,
el dolor de querer de más
mientras yo vuelvo a echar de menos.

Haz que sea feliz,
llévale lo que no puedo darle,
muéstrale el mundo otra vez
como un museo en el que sois arte.

Haz que sea feliz,
haz que olvide su pasado,
que el dolor que almacena hoy
mañana contigo quede borrado.

Y por favor, haz que sonría,
quereos hasta perder el aliento.
Tú haz que sea feliz.
Yo me encargaré del resto.

«Ahora que no está leyendo quiero que me prometas que será feliz, que podrás hacer que desee seguir viviendo. Ofrécele todo lo que tienes, y en cuanto lo hagas verás que puede ofrecerte el cielo.»

Siempre fue un motivo por el que desear su felicidad aunque yo no esté en ella.

Flautista.

martes, 20 de enero de 2015

Riesgos prácticos

Como una caja de secretos, mi cuerpo está a punto de explotar. ¡Bum! Un gran estallido y adiós a los problemas, suicidio emocional para esconder la cobardía de no mostrarte lo que siento, porque tú no tienes la culpa de que mi cabeza no sea capaz de dar a mi cuerpo la orden adecuada, la de agarrarte y no soltarte nunca. 

Porque si te suelto pierdo el equilibrio, me tiembla el cuerpo y se me congela el espíritu convirtiéndose en un titán de hielo que se derrite cuando nos miramos, pues no hay calor más intenso que el de esos abrazos con los que me haces sentir vivo, con los que me borras los problemas y me haces sentir como el mayor de los superhéroes, pues todo el mundo sabe que no me puede pasar nada malo si estás cerca.

Sin embargo, soy yo el que marca distancias desafinadas, el que no sabe arriesgar, el que no juega y no gana. Tal vez sea porque nadie me explicó las reglas, porque suelo ser el que mira mientras otros juegan el partido, y si me pasas la pelota la acabo arrojando a tu tejado escudándome en mi torpeza. 

Aún así, te prometo que no me faltan ganas, que cuando te acercas mi epiléptico corazón quiere escapar contigo a donde nadie nos encuentre, que mis manos tiemblan porque no pueden resistir las ganas de abrazarte, y que mis ojos miran con adoración a la sonrisa de la que brotan todas las canciones, canciones que me paralizan, que me convulsionan y que hacen que no logre comprenderme a mí mismo por ser incapaz de atreverme a probar las mieles del cielo. 

Pero tengo los pies en la tierra. Sé que en esta vida no puedo pretender que mi papel lo interpreten otros, que sólo los que se esfuerzan encontraron tesoros, y que soy yo el que debe jugar todas sus fichas a tu número de teléfono. 

Por eso sé que encontraré la forma. Siempre fui práctico hasta extremos fatídicos, y sé que no me volcaría tanto en ti si no mereciera la pena, si estas situaciones en las que me pones contra las cuerdas no sirvieran para acabar afinando mi cuerpo y tu paraíso. 

Siempre serás el riesgo que más deseo asumir, pero ahora me estoy preparando. 


Flautista.

sábado, 17 de enero de 2015

Escarcha.

Cuando las guerras comienzan
en interiores viscerales
dejamos de ser nosotros,
nos volvemos animales,
presas de nuestro peor enemigo,
de saber que somos débiles
ante vínculos perdidos,
de saber que echar de menos
será nuestro peor castigo.

No podemos controlar
qué brota en nuestras entrañas.
Sólo podemos intentar
que no se desgarre el alma
de los que intentan disfrutar
de una vida atormentada
en la que sólo podemos llorar
cuando no nos acompañas.

El tiempo fue traicionero,
robó lo que más quería
y ahora que no te tengo
debo luchar cada día
por fingir que soy de hierro,
por escudarme en la alegría
que tienen los que no están muertos,
aunque sigo muerto en vida.

¿Si yo no he he hecho nada
por qué quiero huir?
Fuiste tú quien prendió
las brasas de un triste infierno.
Ahora quiero perderme
y dejar de sufrir,
pero no soy feliz.
¿Y yo qué culpa tengo?

Solo quise escapar
escondido en la rutina,
nunca te quise dar
lo que no me ofrecías.
Sin embargo me marcho
cada vez que nos vemos
y no dejas de doler.
Algo mal estaré haciendo...

Por eso ahora me rindo,
no quiero pensar, ni seguir padeciendo
un dolor que brota escondido
en las tristes cuevas del recuerdo.
Recuerdo los buenos días,
recuerdo las noches sin sueño
con una felicidad compartida,
con vínculos que creímos de acero
y fueron frágiles como arcilla
que estrellaste fuerte contra el suelo.

Ahora solo puedo
fingir que no pasa nada.
Si yo mismo me lo creo
tal vez se crea mi alma
que somos fuertes, que podemos
luchar de nuevo cada mañana
por la felicidad que perdimos,
aquella que robaste sin nada
que pudiera haber impedido
caer en un abismo de escarcha
donde no sólo en invierno hace frío,
donde se congelan cuerpo y alma
hasta por fin haber comprendido
que no regresarás mañana,
que ese será mi castigo,
que en mí brotará otra llama.

«Siempre serás un motivo para creer en los deshielos».

Flautista

Ícaro

Cuanto más cerca del Sol logro volar, mayor es el impacto de mi caída. Puede que sea mi osadía la que tenga que lamentar mientras me ha...