martes, 17 de noviembre de 2015

Kryptonita

Por ti quise salvar el mundo
y no me pude salvar de tus ojos.

Hubiera sido lo que tú quisieras.
Por ti habría movido montañas
pero subiste en el tren equivocado
y me quedé solo en un bosque
de sentimientos a medias.

Y ahora creo que es tarde.

Siempre leí señales de forma equivocada
y no sé si te importo de alguna extraña manera.
No puedo alcanzarte. Si me muevo rompo la cuerda
y no estoy preparado para caer con tu rechazo en mis entrañas.

Tal vez tengamos sentimientos inconexos,
tal vez nos valoremos como seres de otro planeta.
Yo amándote desde Venus, tú riéndote en la Tierra
y la gravedad atándonos a mundos distintos
donde tenemos vidas que no nos conectan.

De repente, cuando menos lo espero
me cazas de noche como a una frágil presa.
Apareces como un ángel para regalarme el cielo
y me condena tu mirada como un canto de sirena.

Tú, kryptonita y fuente de mis poderes,
que decides libremente si me hundes o me elevas
mientras lucho por volar sin capa
y disimulo en un pasillo
donde no hay aire si te acercas.

Por ti quise salvar el mundo
y tus ojos fueron mi condena.

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