sábado, 19 de septiembre de 2015

Caminar

Al caminar me doy cuenta
de mi soledad ficticia,
de la teatralidad de mis pasos,
de la multitud marchita
en la que escondo mis ilusiones,
en la que mi alma grita
buscando nuevos rincones
donde encontrarse perdida,
donde no dar explicaciones
sobre el crimen no cometido
al caminar en la cuerda floja
de amores no correspondidos.

Al caminar me doy cuenta
de que la Tierra no es plana.
Mi vida tampoco, y caigo
en la triste espiral mundana
de quien espera lo que no consigue,
de quien sueña lo que no hay logrado
y no hay castigo más triste
que sentir vivir equivocado
esperando a un destino humilde
por sentirse rechazado
ante un cielo, ante unos labios
que el paraíso le han negado
a quien fuera del Edén
en el infierno está condenado.

Aún así, es mejor caminar,
solo, perdido en un mundo negro,
pues tras mucho deambular
puedes despertar del sueño,
de la pesadilla de no lograr
lo que todos merecemos:
alguien para celebrar triunfos,
para que los fracasos duelan menos,
para poder volar sin alas
y al fin sentirnos completos
en un mundo de mil piezas
donde el puzzle parece hecho.

Por eso ahora quiero esperar,
ver a dónde me llevan mis pasos,
pues solamente al caminar
logramos seguir avanzando.
El origen de todo está en ti,
también el destino que sigo esperando,
pero ahora debo encontrar
el trayecto que sigo buscando
para poderte alcanzar,
para sentir que lo he logrado
cuando de noche te pueda soñar
y de día te tenga a mi lado.

Siempre serás un motivo para querer dar el siguiente paso.


Flautista.

martes, 15 de septiembre de 2015

A ti

A ti, que me pides versos que no sabes que te dedico, 
que me recoges del suelo solo con estar cerca,
que en las noches de invierno te busco en la tormenta
y en la primavera despierto soñando que estás conmigo. 

A ti, que me elevas del suelo con los pies en la tierra
y en la teta esbelta del tiempo siempre me das cobijo.
A ti que me haces grande cada vez que te miro
y me pierdo en tus ojos para encontrar mi alma muerta. 

Solo a ti te dedico estas estrofas,
versos que ocultan el amor de un poeta,
el vals del secreto a voces, de un café muerto a medias,
del lienzo de tu espalda donde me traga la tierra. 

A ti, que me haces fuerte sin llegar a saberlo,
que me regalas notas de un piano perdido,
que como viento del norte me haces sentir vivo
y me permites llenar de colores este cielo cautivo.

A ti, que me destruyes cuando te marchas
para reconstruirme cada vez que te veo,
que me regeneras de cenizas, me haces volar del fuego
y cada vez que te pierdo vuelvo a morir en escarcha. 

Solo a ti te dedico estas estrofas,
versos que, entre líneas, son amores no natos,
marcha fúnebre de quien te quiere sin lograr confesarlo
y rapsodia de un mundo que por ti sigue girando. 

A ti, y solo a ti: 
Gracias. 
Siempre serás un motivo para describirte en poesías. 


Flautista.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Desentrañable

Cuando el hombre gato llegó me preguntó qué es lo que más deseaba en ese momento. 

- Deseo ser desentrañable. - Le respondí. - Desentrañable, sin duda. 
- Curiosa respuesta, miau. - Contestó el felino. - ¿Por qué?
- No lo sé.
- Lo volveré a preguntar, miau : ¿Por qué?
- Porque estoy cansado de mis malas decisiones, de fingir que no me importan las cosas que me duelen. Estoy cansado de los lunes sin cafés que me animen, y de los viernes que nacen y mueren sin el deseo de ser compartidos. Estoy cansado de no comprender el destino, de las opiniones que nos callamos. Estoy cansado de sentir que echar de menos es un crimen, de escudarme bajo un orgullo lleno de pinchos. Estoy cansado de no mostrarme, de estar esquivo en los pasillos, de avergonzarme de sentir y de ser castigado por lo que siento. Estoy cansado de ocultar lamentos, de vivir en una coraza, de fingir que nada importa y estar muriéndome por dentro. 
- Entonces te vuelvo a preguntar, miau: ¿Por qué?
- Quiero ser desentrañable para que me arranques mis miedos de las entrañas.


Siempre habrá un motivo por el que ser desentrañable. 


Flautista.

Ícaro

Cuanto más cerca del Sol logro volar, mayor es el impacto de mi caída. Puede que sea mi osadía la que tenga que lamentar mientras me ha...