miércoles, 21 de septiembre de 2016

Hämeenlinna

¿Y si me he olvidado de ti?
No lo recuerdo, lo siento.
Me he levantado con resaca,
me he pasado con las lágrimas
y ahora estoy buscando una cerveza
en el bar de las nuevas oportunidades.

Puede que sea como esas ratas perdidas
que se huyen de la flauta y sus encantos,
que se pierden por Madrid y no hablan tanto
mientras buscan lo nuevo de sus calles vacías.
Puede que sea mentira, o puede que ya no sea.
No sé quién soy ni quien podría ser contigo,
pero ahora me da igual, o eso es lo que me digo
mientras no me escucha nadie y voy donde no me lean.

Ahora florezco en otros rostros,
en caras llenas de luz que me alejen de tu vino amargo,
pero no pude beber de ti, el mundo rompió nuestra botella
antes de sacar de la bodega las cartas que hoy desangro.
Por eso, abstemio de tu alma sigo escribiendo,
porque sin ti no supe andar y creo que estoy volando.

Tal vez he encontrado alas lejos de donde perdí el aliento.

Pero puede que todo sea un espejismo,
que no sea yo, que no esté contento.
que mi realidad se congele en el Ártico,
o que muriese ardiendo bajo el reloj del centro.
De todos modos, ¿qué es morir?
No deja de latir un corazón yerto,
solo busca escapar, arrancar y funcionar nuevo
mientras observa que se ahoga el sol lejos del hielo.

Cemento, hormigón y cristales
enterraron aquello por lo que luché tanto,
lo que jamás admití, lo que despierto viví soñando
y sin paredes ni tejados despego con saltos mortales.
Irónica la existencia, la necesidad de vida,
las ansias de crear lazos que no son correspondidos:
cuando quise vivir en ti me desahuciaste maldito
y ahora busco refugio donde nadie me perciba.

De todos modos, te doy las gracias,
pues tu lapidario silencio me despertó del letargo.
Abandoné mis sueños dulces en un mundo de paladar amargo
donde creer que puedo ser feliz fue la mayor de mis desgracias.

Por eso, ahora, con la flor y sal de mi vida
busco primaveras que acaben con mi deshielo.
Aliento en la luz, alma de titiritero
para que mi última noche en la tierra sea mi mayor consuelo.

Gracias por enseñarme que debo acompañar un "te quiero" con un "lo siento".

Flautista.

Ícaro

Cuanto más cerca del Sol logro volar, mayor es el impacto de mi caída. Puede que sea mi osadía la que tenga que lamentar mientras me ha...