A ti, que llegaste de las Indias para que descubra las Américas,
que me guías con mano firme aunque no tengas mano dura.
A ti, que conoces mis caras más ocultas y oscuras
y permaneces a mi lado impasible e impertérrita.
A ti, que apareces de la nada cuando todo está perdido,
que eres capaz de escucharme sin que articule palabra.
A ti, que descubres en mí lo que yo mismo ignoraba
y me muestras el camino cuando yo ya me he rendido.
Tú, viento del norte que cuando llegas me refrescas;
yo, conejo asustado que en esta vida se ha escondido,
nunca te demuestro lo que de ti he aprendido
y como un soplo de aire fresco mantienes mis pies en la tierra.
Por eso, entre versos, hoy tengo que escribirte
para mostrar capas de mí que no le enseño a cualquiera,
para decirte que me importas más de lo que mi cara muestra
y para agradecer un poco todo lo que por mí hiciste.
Por eso, entre versos, hoy intento demostrarte
que vas a encontrar en mí todas las puertas abiertas,
que has sabido bucearme hasta donde nadie llega
y contigo mi iceberg ahora quiere derretirse.
A ti, y sólo a ti te digo:
Gracias por hacerme ser mejor persona.
Flautista.
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