domingo, 19 de julio de 2015

Inconsciente

No existe verano capaz de darme calor cuando estás lejos.

En mi estúpida manía de soñar con imposibles vuelves a invadir mi cabeza, a recordarme el invierno del vacío de no tenerte, a desafinar mi mundo, emborrachar mis sentidos al soñarte y hacer que te llore cuando despierto y no estás cerca.

No puedo con esta pesadilla.

No entiendo por qué quererte me destruye, por qué sentir algo que parece un regalo de los dioses me hace arder en los infiernos. No entiendo por qué no hay fin para este tormento, ni por qué me encanta imaginar que un día te darás cuenta.

Pero el silencio se ríe de mi cobardía.

El universo se burla de mí cuando no miras, cuando no ves que por ti sigo respirando, que por ti no me importa cruzar lava descalzo, que estallo en primaveras cuando pienso en que estés cerca y el mundo se hace más bonito si pienso en que algún día puedo compartirlo contigo, en que la ausencia será algo temporal, un puente que me haga fuerte para buscarte, que rompa el cielo de nuestro reencuentro con fuegos artificiales para que tengan sentido las ideas y los acordes que mueren en mi cabeza si me conformo con soñarte.

Dicen que de ilusión también se vive, pero es una vida vacía.

Es una vida en la que me intento consolar al mirar tus fotos, una vida en la que mi único objetivo es recordar tu voz, que vengas algún día y hagas sinfonías con mi cuerpo, que toques el piano de los que amaron desde dentro, haciendo que hierva su sangre ante la idea de amores no correspondidos, y rompiendo su alma en mil pedazos intentando hacer que alguno acabe contigo.

Pero jamás serás consciente.

Jamás te darás cuenta que es de ti de quien hablo. Jamás leerás mis versos, jamás notarás mis besos, y ellos morirán ahogados por mi llanto, por la angustia de no tenerte, por soñar que contigo en vez de andar irán volando.


Siempre serás un motivo para soñarte de forma inconsciente.


Flautista.

sábado, 4 de julio de 2015

Secretos

Nunca sabrás que me haces falta,
que sin ti se enfría el verano,
que se rompen mi voz y el llanto
suicidándose en mi garganta.

Nunca sabrás en qué te he convertido,
todos los esquemas que en mi mundo has roto.
No sabrás lo que pienso cuando estoy solo
ni como a mi vida cambiaste el sentido.

Nunca podrás ver qué eres en mi cabeza,
todo lo que por ti cambiaría en mi vida,
todo lo que oculto con mi mirada perdida,
lo que mis labios callan mordiéndose con impaciencia.

Sin embargo, no puedo sacarte de mi mente.
Quisiera darte el cielo aunque me tiemblen las piernas,
ser con quien cada noche compartas una cena,
y es en mi silencio donde hallo mi propia muerte.


Siempre serás importante, aunque nunca me broten palabras para decírtelo.

Flautista.

Ícaro

Cuanto más cerca del Sol logro volar, mayor es el impacto de mi caída. Puede que sea mi osadía la que tenga que lamentar mientras me ha...