domingo, 2 de noviembre de 2014

Finale primo

Intento olvidar
la historia que de golpe rompimos
sin disimular,
llenando el cielo de enormes vacíos,
y no puedo volar,
escapar de lo que nunca llegó a haber sido
el más triste final,
el último acto, el verso perdido.

Pero no puede ser
que me tires la piedra y me hagas creer
que comencé la guerra
que quiero perder.
Que me trague la tierra,
no quiero saber
por qué me atormentas
haciendo creer
que en mí nace la tragedia.

No pedí dramas, ni llevé flores,
no quise ser cuento de cien trovadores,
sólo buscaba un camino para seguir adelante,
huir de mi castigo, sentirme indomable,
pero ya me he rendido,
no puedo buscar perlas en un cielo
de nubes de días grises, donde mis pies, en el suelo,
dejan cicatrices bajo barro y desconsuelo.

Ya de nada sirve la parafernalia,
cambia el CD, pasa de página,
pues nunca podrás ver el óleo que se derrama
en las tardes de tormenta donde el cielo no nos baña,
donde el café desafina, donde la tele es amarga,
pues no existe momento para mañanas vacías,
para resacas de sueños, para curar las heridas
de un puñado de sueños que convertiste en pesadillas.

Pero yo no te culpo, no se trata de eso,
no hay que amar sin cicatrices, es mejor romper el hueso,
hacer que el alma se astille,
pues si no eres capaz de entregar ahora todo,
es mejor que me olvides, que me marche yo solo
a donde mejor se me cuide,
a donde exijan el oro
de un corazón que sólo pide
latir si por él está latiendo otro.

Por eso me macho con silenciosas despedidas,
con pasillos oscuros, con camas vacías,
para que puedas buscar mañana nuevos tesoros,
pero a mí no me busques, que mi cofre está roto.

«Se baja el telón, y te toca mover ficha».



Flautista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ícaro

Cuanto más cerca del Sol logro volar, mayor es el impacto de mi caída. Puede que sea mi osadía la que tenga que lamentar mientras me ha...