Podría contemplarte durante horas,
detener el tiempo y abandonarme
para saltar al vacío y que tu voz me recoja,
para volver a caer y que vengas a rescatarme.
Y yo, asteroide perdido de órbita silenciosa,
buscaré por el cielo tu calor fulgurante.
Esperaría mil años para verte un instante
y renacer para siempre en la mayor supernova.
Mirarte es sentir que regreso a casa,
que en mi pecho nazca un Mayo florido,
que soy indestructible si estás conmigo,
que mi felicidad aumentas y mis males espantas.
Mitológica criatura, extraña profecía
la que me hace soñar que puedo estar contigo,
que puedo ser feliz y romper mi castigo
cuando me llenas de luces que por siempre brillan.
¿Cantarán sobre nosotros en algún disco prohibido?
Le pregunto a los dioses, más no me contestan
y a Cronos le pido que tenga paciencia
y antes de morir me brinde un segundo contigo.
Siempre serás un motivo para querer encontrarte en el Olimpo.
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