lunes, 18 de enero de 2016

Amapolas

Cayó la noche que nunca quise que llegara.
Las margaritas se convirtieron en amapolas
mientras sangraba mi futuro incierto,
irreal como mi castillo en las nubes
que murió mientras estaba lloviendo.

Ya se acabó la función, pero hoy no aplaude nadie.
Abandonamos un escenario de ilusiones marchitas.
Nada se escucha, nadie nos mira.
Como ratas escapamos para seguir adelante.

Menudo cuadro, ¿te imaginas?
qué diferente pudo haber sido.
Pero los sentimientos y los actos viven en guerra,
y la vida no entiende razones ni destinos.

Por eso, acabé deshojado en primavera
y lloré en un verano lo que no pude haber comprendido.
Me río de Atlas, gigante maldito,
por quejarse del peso del mundo cuando más pesan las conciencias.

En mi caverna interna viví escondido,
en los tejados y callejones quise buscar mi condena.
Fue un error, era un preso sin pena
y hoy mis barrotes por fin se han perdido.

Por eso busco un futuro que no sé dónde se encuentra,
emocionalmente parado recuerdo qué es estar vivo.
Lo reconozco. Escuece, es algo que cuesta,
pero quiero vivir por mí y no quiero morir contigo.


Siempre serás un motivo para partir mi alma en amapolas.


Flautista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ícaro

Cuanto más cerca del Sol logro volar, mayor es el impacto de mi caída. Puede que sea mi osadía la que tenga que lamentar mientras me ha...