Reconozco ser el dueño
de un orgullo que traiciona,
que me hace perder el sueño
y a mi suerte me abandona.
Como en las jugueterías
fuiste tu mi escaparate
para mostrarte en mi mundo
sin que yo pueda alcanzarte.
Pronto quise encapricharme
de ese gran mundo de oro
en el que tú a mi me engañaste.
Llegué a creer que no estoy solo.
Y yo ya no sé pensarte,
hoy doy todo por perdido.
¿Tú decidiste marcharte
o soy yo el que se ha rendido
sin empezar el combate?
No veo culpa ni culpables,
los verdugos mueren solos.
Solo veo a un triste cobarde
al que tomaste por loco
cuando todo quiso darte.
Pero ahora nada pierdo,
pues mi cuerpo está vacío.
Fuiste mi mejor intento
para volver a estar vivo
aunque ahora ya estoy muerto:
por tu culpa no respiro.
Y no sé si has encontrado
en mi orgullo el sufrimiento
de quien por ti hubo llorado
sin que le escuchara el viento
cuando le diste de lado.
Y ahora, si te soy sincero,
no sé si esto es un regalo.
He aprendido a valorarme,
he aprendido a sentir algo,
a verme como un cobarde
que de ti se ha escapado.
Pues es mejor ser un cobarde
que por pumas ser cazado
si me hacen sentir culpable
por darte lo que te he dado.
Y ahora, yo solo te pido
que tus pies no den la vuelta.
Por ti yo me vi perdido
pero vi una nueva puerta
para sentirme querido,
para girar otra tuerca.
Tú ya me has sustituido,
yo aún no encontré las fuerzas
mas seguiré mi camino
hacia nuevas primaveras
con un Mayo renacido
que por fin valga la pena.
«Siempre serás un motivo para ver que mis pasos son importantes aunque tú no los empujes.
Gracias por enseñarme a no esperarte.»
#Flautista
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