jueves, 22 de diciembre de 2016

Mirar de lejos

¿Y si nunca logro encontrarte?

Si algo he aprendido de las personas
es que algunas son dignas de ser contempladas
mientras que otros sólo podemos mirar de lejos,
como una danza macabra en la que nadie disfruta
o un cuadro que sin ti pierde el mejor de sus colores.

Por desgracia, nadie elige su destino,
aunque siempre podamos pelearlo.
Por eso, confieso que me siento como el gato
al que envidiaron por tener siete vidas
y que por ti quiso morir ocho veces.

Pero es difícil hablar de sentimientos,
de realidades que no se conocen,
como una broma que nadie comprende
y que todos se empeñan en explicarte
con falsos consuelos que en el aire se mueren.

Por eso, vuelvo a buscarte en mi desgracia
pero no logro romper el muro que te mantiene lejos.
No sé dónde encontrarte ni si lo acabaré consiguiendo
pero por ti remuevo el mundo que sujeta el gigante Atlas.

¿Saldré de mi Edén sin probar tu manzana?
¿Diluviará mi cuerpo arropado por el tuyo?
Quiero que seas espina, sangre, llanto y llama
pero sólo tengo ceniza, pues en vez de tenerte te intuyo
mientras vuelve a morirse de frío el espacio que hay en mi cama.

Aún así, sólo quiero que sepas
que durante varios meses me estás manteniendo vivo,
que encendiste una vela en mi invierno más frío
y perderé mi último aliento si el cielo encontrarte me deja.

Siempre serás un motivo para salir a buscarte de nuevo.

Flautista.

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