martes, 1 de octubre de 2013

Todo llega...

Llegará un día en el que nada importe, un día en el que la vida te perdone tus pecados, en el que perder batallas te haga ganar la guerra y descubras que el futuro deja de ser gris si lo usas para pintar el lienzo de tus ilusiones.

Llegará un momento en el que podrás ser lo que quieras, en el que no habrá excusas, un único instante en el que, si estás alerta, el mundo te elevará con fuerza para depositarte suavemente sobre un lecho de objetivos cumplidos, demostrándote que ya no pasarás sólo la primavera, que marchitarán de amor todos los otoños en soledad en el sofá.

Llegará el momento de recompensar a los valientes, a los soñadores, pues el mundo siempre serán para los que lo imaginen, y ha pasado mucho tiempo desde que nos ilusionamos soñando por primera vez un futuro compartido, una vida atemporal en la que cambio un pasado sin ti por un presente contigo, un futuro con el que cerremos la puerta al invierno, con el que echemos el cerrojo y nada se escape, pues el mundo será para nosotros, encontrándonos en el día a día, perdiéndonos en noches en las que no necesitamos que nos busquen.

Llegará un momento en el que hagamos fuegos artificiales cuando mis dedos caminen por tu espalda, en el que provoquemos el deshielo con mirarnos, en el que estalle una supernova si te acercas y despeguemos a un lugar donde nos estorbe el espacio, donde seamos magnéticos, eternos, donde caigamos al vacío mientras intentamos querernos despacio.

Llegará un día en el que vendrás para quedarte, y ese día será cuando empiece a descubrir que estoy vivo.

Siempre serás un motivo para esperar días mejores.


Flautista.

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